Vacuna contra la culebrilla: ¿debo vacunarme?

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan Shingrix para los adultos mayores de 50 años como método de prevención del herpes zóster y las complicaciones relacionadas a este, hayan tenido o no herpes zóster. Puedes recibir la vacuna Shingrix incluso si ya has tenido herpes zóster. Además, considera ponerte la vacuna Shingrix si recibiste la vacuna Zostavax en el pasado, o si no sabes si has tenido varicela.

Nacionales 15 de noviembre de 2021 Diario Primicia Diario Primicia
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Shingrix es una vacuna inactivada elaborada a partir de un componente del virus. Se administra en dos dosis, con 2 a 6 meses entre cada dosis. Los efectos secundarios más comunes de las vacunas contra el herpes zóster son enrojecimiento, dolor, sensibilidad, hinchazón y comezón en el sitio de la inyección, y dolores de cabeza.

La vacuna Zostavax contra el herpes zóster ya no se vende en Estados Unidos, pero puede estar disponible en otros países.

Aunque algunas personas desarrollarán el herpes zóster a pesar de estar vacunadas, la vacuna puede reducir su gravedad y duración. También puede reducir el riesgo de padecer neuralgia posherpética, una complicación del herpes zóster que hace que el dolor continúe mucho después de que las ampollas hayan desaparecido. Los estudios sugieren que la protección contra el herpes zóster con Shingrix puede extenderse más allá de cinco años.

Habla con el médico acerca de tus opciones de vacunación si:

  • Alguna vez tuviste una reacción alérgica a cualquier componente de la vacuna contra el herpes zóster
  • Tienes un sistema inmunitario debilitado debido a una afección o un medicamento
  • Tuviste un trasplante de células madre
  • Estás embarazada o tratando de quedar embarazada

Descripción

El herpes zóster es una infección viral que causa una erupción dolorosa. Aunque el herpes zóster se puede manifestar en cualquier parte del cuerpo, la mayoría de las veces aparece como una sola franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso.

El herpes zóster es causado por el virus varicela-zóster, el mismo virus que causa la varicela. Después de haber tenido varicela, el virus permanece inactivo en el tejido nervioso cerca de la médula espinal y el cerebro. Años más tarde, el virus puede reactivarse como herpes zóster.


El herpes zóster no es una afección que pone en riesgo la vida, pero puede ser muy dolorosa. Las vacunas pueden ayudar a reducir el riesgo de tener herpes zóster. El tratamiento temprano puede ayudar a acortar una infección por herpes zóster y disminuir la posibilidad de complicaciones. La complicación más común es la neuralgia posherpética, que hace que el herpes zóster duela durante mucho tiempo después de que las ampollas desaparecieron.

Síntomas

Los signos y síntomas del herpes zóster generalmente afectan una pequeña sección de un lado del cuerpo. Algunos de estos signos y síntomas son:

Dolor, ardor, entumecimiento u hormigueo
Sensibilidad al tacto
Un sarpullido rojo que aparece unos días después del dolor
Ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras
Picazón

Algunas personas también presentan lo siguiente:

  • Fiebre
  • Dolor de cabeza
  • Sensibilidad a la luz
  • Fatiga

El dolor suele ser el primer síntoma del herpes zóster. Para algunas personas, puede ser intenso. Según la ubicación del dolor, a veces puede confundirse con un síntoma de problemas que afectan al corazón, los pulmones o los riñones. Algunas personas experimentan dolor por el herpes zóster sin llegar a desarrollar la erupción.

Lo más habitual es que la erupción del herpes zóster se desarrolle como una franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso. A veces, la erupción del herpes zóster se produce alrededor de un ojo o en uno de los lados del cuello o la cara.

Cuándo debes consultar con un médico

Consulta con tu médico de inmediato si sospechas que tienes herpes zóster, especialmente en los siguientes casos:

  • Tienes dolor y sarpullido cerca de los ojos. Si no se trata, esta infección puede derivar en daños permanentes en los ojos.
  • Tienes 60 años o más, ya que el riesgo de sufrir complicaciones aumenta considerablemente con la edad.
  • Tú o alguien de tu familia tiene un sistema inmunitario debilitado (debido al cáncer, medicamentos o enfermedades crónicas).
  • El sarpullido es generalizado y doloroso.

Causas

El herpes zóster es causado por el virus varicela-zóster, el mismo virus que causa la varicela. Cualquiera que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zóster. Después de recuperarte de la varicela, el virus ingresa a tu sistema nervioso y permanece inactivo durante años.

Con el tiempo, puede reactivarse, viajar a lo largo de las vías nerviosas hasta la piel y producir herpes zóster. Sin embargo, no todas las personas que han tenido varicela desarrollarán herpes zóster.

La razón del desarrollo del herpes zóster no está clara. Puede deberse a una menor inmunidad a las infecciones a medida que envejeces. El herpes zóster es más común en adultos mayores y en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

La varicela-zóster es parte de un grupo de virus llamados virus del herpes, que incluye los virus que causan el herpes labial y el herpes genital. Debido a esto, la culebrilla también se conoce como herpes zóster. Sin embargo, el virus que causa la varicela y el herpes zóster no es el mismo virus responsable del herpes labial o del herpes genital, una infección de transmisión sexual.

¿Puedes contagiar?

Una persona con herpes zóster puede transmitir el virus varicela zóster a cualquier persona que no sea inmune a la varicela. Por lo general, se produce por contacto directo con las llagas abiertas del sarpullido del herpes zóster. Una vez infectada, la persona tendrá varicela, pero no herpes zóster.

Para algunas personas, la varicela puede ser peligrosa. Hasta que se forme la costra sobre las ampollas del herpes zóster, puedes contagiar y debes evitar el contacto físico con cualquier persona que aún no haya tenido varicela o que no se haya aplicado la vacuna contra la varicela, especialmente personas con el sistema inmunitario debilitado, mujeres embarazadas y recién nacidos.

Factores de riesgo

Cualquiera que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zóster. La mayoría de los adultos en los Estados Unidos tuvieron varicela cuando eran niños, antes de la llegada de la vacunación infantil de rutina que ahora protege contra la varicela.

Entre los factores que pueden aumentar tu riesgo de desarrollar herpes zóster se incluyen:

Tener más de 50 años. El herpes zóster es más común en personas mayores de 50 años. El riesgo aumenta con la edad.

Tener ciertas enfermedades. Las enfermedades que debilitan tu sistema inmunitario, como el VIH/SIDA y el cáncer, pueden aumentar tu riesgo de contraer herpes zóster.
Someterse a tratamientos oncológicos. La radiación o la quimioterapia pueden reducir tu resistencia a las enfermedades y desencadenar el herpes zóster.

Tomar ciertos medicamentos. Los medicamentos diseñados para prevenir el rechazo de órganos trasplantados pueden aumentar el riesgo de contraer herpes zóster, al igual que el uso prolongado de esteroides, como la prednisona.
Complicaciones

Las complicaciones del zóster pueden ser:

  • Neuralgia posherpética. En algunas personas, el dolor del zóster continúa mucho tiempo después de la desaparición de las ampollas. Esta enfermedad es conocida como «neuralgia posherpética» y aparece cuando las fibras nerviosas dañadas envían mensajes de dolor confusos y exagerados de la piel al cerebro.
  • Pérdida de la visión. El zóster en el ojo o alrededor de este (zóster oftálmico) puede causar infecciones oculares dolorosas que pueden provocar la pérdida de la visión.
  • Problemas neurológicos. Según qué nervios se vean afectados, el zóster puede causar una inflamación del cerebro (encefalitis), parálisis facial o problemas auditivos o del equilibrio.
  • Infecciones de la piel. Si las ampollas del zóster no se tratan correctamente, es posible contraer infecciones bacterianas de la piel.
    Diagnóstico

Por lo general, el zóster se diagnostica a partir de los antecedentes de dolor en un costado del cuerpo, junto con una erupción cutánea y las ampollas características. El médico también puede tomar un raspado del tejido o un cultivo de las ampollas para su análisis en el laboratorio.


Tratamiento

No existe cura para el herpes zóster, pero si se lo trata sin demora con antivirales recetados por el médico se puede acelerar la recuperación y reducir el riesgo de complicaciones. Algunos de estos medicamentos son:

  • Aciclovir (Zovirax)
  • Famciclovir
  • Valaciclovir (Valtrex)
  • El herpes zóster puede causar un dolor intenso, por lo que el médico también podría recetarte:

Parche de capsaicina tópica (Qutenza)

  • Anticonvulsivos, como por ejemplo gabapentina (Neurontin)
  • Antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina
  • Agentes entumecedores, por ejemplo lidocaína, aplicados en crema, gel, espray o parche para la piel
  • Medicamentos que contienen narcóticos, por ejemplo codeína
  • Una inyección que podría ser de corticosteroides o de anestésico local
  • El herpes zóster generalmente dura entre dos y seis semanas.
  • La mayoría de las personas contraen herpes zóster solo una vez, pero es posible contraerlo dos veces o más.

Estilo de vida y remedios caseros

Tomar un baño frío o utilizar compresas frías y húmedas sobre las ampollas puede ayudarte a aliviar tanto la picazón como el dolor. Y, si es posible, intenta reducir el estrés en tu vida.

Fuente: Mayo Clinic

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