Alta inflación, crecimiento bajo

La inversión social es la más alta de la historia y quitan subsidios. Seguimos en transición.

Nacionales 22 de enero de 2018 Diario Primicia Diario Primicia

El gobierno presento las cuentas públicas de 2017, tenemos el mismo dólar que en 2015, pagamos más intereses que lo invertido en gasto de capital. La inversión social es la más alta de la historia y quitan subsidios. Seguimos en transición económica, con alta inflación y crecimiento bajo.

La presentación de las cuentas públicas de 2017 nos sirvió para hacer una serie de reflexiones sobre los números fiscales, y analizar las acciones del gobierno en los primeros dos años de ejercicio cumplido.

El primer tema a considerar es el dólar y la inflación: El dólar promedio de 2015 es de $ 9,40, es el promedio simple del valor del dólar al último día de cada mes. El valor del dólar de 2016 fue de $ 14,90 y el de 2017 $ 16,80. Esto implica que el dólar aumentó 77,6 por ciento en promedio en los últimos dos años. La inflación medida por el índice de precios de Capital Federal da para el periodo 2017/2015 una inflación del 77,9 por ciento.

Hasta aquí podemos decir que la devaluación del signo monetario y la inflación están en un mismo nivel.

Un segundo tema a considerar son los gastos corrientes. El gasto corriente creció en dos años el 79,7 por ciento casi en línea con la inflación, sin embargo, los gastos en prestaciones a la seguridad social aumentaron el 90,9 por ciento, logrando el gobierno la mayor inversión social de la historia. Por otro lado, en el gasto corriente las transferencias privadas subieron solo el 57,3 por ciento en dos años, producto del recorte de subsidios energéticos que opero en el mercado.

Un tercer tema son los ingresos. Los ingresos corrientes subieron el 65,9 por ciento en dos años, esto incluyo los ingresos por el blanqueo, lo que muestra a las claras que no hay una consonancia entre ingresos y egresos. Para los próximos años es vital que la actividad economía crezca, de lo contrario no se podrá financiar tamaña cantidad de gasto público. Nuestra sospecha es que, dada la situación actual, creemos que es muy probable que la brecha entre ingresos y gastos se cubra vía privatizaciones, que serían ingresos extraordinarios que buscarían ser un paliativo hasta alcanzar equilibrio fiscal y una mayor actividad económica.

Un cuarto tema son los gastos de capital. Los gastos de capital crecieron el 29,2 por ciento en dos años, muy por debajo de la inflación, resulta llamativo que observemos en el mercado un verdadero boom de obra pública con faltante de piedra y cemento, cuando dos años atrás el presupuesto era en términos reales más elevado y ello no sucedía.

Un quinto tema es el resultado primario. Se llama resultado primario a aquel que surge de comprar los ingresos y egresos netos de la cuenta intereses. En dos años este resultado creció el 79,9 por ciento, casi en línea con la inflación. Se trabajó en línea con mantener en términos relativos este déficit en pos de generar un mayor gasto en lo social. El déficit primario representa el 20,3 por ciento de los ingresos corrientes. Estamos lejos de llegar a un escenario de equilibrio presupuestario, por ende, los próximos años seguiremos conviviendo con altos índices de inflación.

El sexto tema son los intereses. En este punto si vemos un crecimiento exponencial. Los intereses que pagamos ascienden a $ 224.9027 millones o su equivalente a u$s 13.420 millones. Los intereses crecieron el 184,1 por ciento en dos años, que duplicaron largamente a la inflación del periodo. El pago de intereses se relativiza por parte del gobierno planteando que solo representan el 2,2 por ciento del PBI, sin embargo, no se dice que son el 11,3 por ciento de los ingresos corrientes y que se paga más de intereses que lo invertido en gasto de capital que asciende a $ 207.934 millones.

El séptimo tema es el déficit fiscal. El déficit fiscal es la suma del déficit primario más los intereses, alcanza a los $ 618.369 millones o su equivalente u$d 37.537,3 millones o el 6,1 por ciento del PBI. Este déficit equivale al 31,5 por ciento de los ingresos corrientes del Estado. Si una empresa privada tuviera este déficit seguramente no la elegiría para invertir en bolsa, lo cual no preocupa la salud financiera del Estado Argentino con estos números y las perspectivas futuras.

Conclusión

Las cuentas públicas del Estado en 2017 nos muestran que poco cambio en materia de administración de recursos y gastos desde el 2015 a la fecha. Tenemos un déficit primario similar, pagamos más intereses de la deuda y el déficit fiscal es mucho más elevado. Por el lado de los gastos hay un reacomodamiento de partidas, priorizando la inversión social y eliminando subsidios energéticos a la economía. A futuro el Banco Central dejara de financiar al Tesoro Nacional, se prepara una política de privatizaciones y venta de activos del Estado para poder financiar el gasto público. La inversión en obra pública sigue siendo escasa para las necesidades del país, sin embargo, hoy se nota en la calle la presencia del Estado trabajando.

En resumen, seguimos en un proceso de transición económica, que traerá consigo alta inflación, saltos disruptivos en el tipo de cambio, una tasa de interés elevada, probable baja de bonos del Estado y un mercado de capitales en donde las acciones que estén ligadas a sectores que prontamente se privatizaran o mejoren ingresos por liberación de tarifas mostraran subas importantes.

Seguimos sin ser competitivos con un tipo de cambio que es similar al de 2015, una estructura tributaria muy nociva a la producción, suba de tarifas públicas y combustible. En este escenario los sectores exportadores, y en especial el campo están complicados.

La recomendación a las empresas es tratar de esquivar al banco, trabajar con capital propio, y desarrollar nuevos nichos de mercado buscando más escala, esto último más que una opción es una necesidad.

En materia de inversiones, con la suba de tasas internacionales surgirán muy buenas alternativas en dólares, y en pesos hay que invertir con tasas superiores al 22 por ciento anual, que es el piso de inflación de 2018. Invertir en acciones que estén por privatizarse, tengan quitas de subsidios por delante, o se preparen para cotizar en el exterior.

Fuente: La Capital

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